En algún lugar, en algún momento, leímos que la tarea de un selector podría asemejarse a la de Cupido.
¿Cómo se cuenta la tarea del Cupido, hijo de los dioses del Olimpo?
En palabras sencillas su responsabilidad sería encontrar dos personas para formar una pareja ideal y unirlas con la flecha del amor (pocos saben que Cupido tenía dos flechas: una era la dorada con plumas de Paloma que la que era la que concedía el amor y la segunda era de plomo con plumas de búho, para inocular el odio y la indiferencia)
Nada se ha escrito acerca de cómo fueron los siguientes años de aquellos que habían sido tocados por el flechazo del amor.
Si empezamos a hablar del selector, su responsabilidad no culmina en que se enamoren.
Se le endilgará ineficiencia si no logra que esta pareja de enamorados (entiéndase postulante y empresa) lleven una armoniosa convivencia en donde los dos sientan que ese es su mejor lugar y den lo mejor de sí.
La inteligencia artificial las nuevas tecnologías han colaborado muchísimo al Cupido moderno, pero también han complicado: filtros, frases, formularios, formatos hacen más ardua la tarea de encontrar la espontaneidad, los valores, la esencia: muchas veces requiere una tarea de cirujano experto para encontrar a la persona atrás del personaje, lejos de aquel Cupido que solo miraba la belleza física ya que siendo el Dios del amor y el deseo no miró mucho más allá.
Si todo esto no fuera poco el Cupido/Selector también, antes de arrojar la flecha (y no equivocarse de flecha) tendría que investigar acerca de los sesgos o pensamientos automáticos que dificultan inmensas posibilidades que no estaban en la cabeza ninguno de los interesados, también debería tener en cuenta, por ejemplo, las diferentes maneras que ambos privilegien para trabajar pudiendo elegir presencial, híbrido, virtual (¿se podría asemejar a matrimonios conviven siempre, de a ratos o en casas separadas?) No hay recetas.
Las parejas, deben alimentar amor con los condimentos que necesiten para continuar enamoradas en el tiempo.
En las empresas, cuidar y potenciar el capital que se ha sumado
¿Cómo?
Gestionando el clima laboral, el desarrollo profesional, remuneración acorde, reconocimiento, feedback oportuno.
¡¡¡No vaya a ser que por no cuidar el amor le echemos la culpa a Cupido!!!